Envejecer. Palabra muy difícil de asimilar por la gran mayoría de las personas que cada día “vemos como los años pasan, casi sin darnos cuenta”. El solo hecho de levantarnos de la cama con dificultad y el caminar parsimonioso ya nos recuerda que hemos cruzado la línea al envejecimiento, esto, sin describir la pérdida paulatina de nuestras energías, el deterioro de nuestra piel y un sinnúmero de dificultades que se le atribuyen “a la edad”, tales como achaques, enfermedades, inutilidad, etc.
El cuerpo envejecido, no cuidado adecuadamente, es presa fácil de muchas molestias y enfermedades que se agravan con el transcurrir de los días. Una de las preocupaciones que está siempre a la orden del día es si al envejecer vamos a mantenernos con completa lucidez mental. Con la entrega del presente artículo, queremos referirnos a las molestias y enfermedades más frecuentes que se presentan en la vejez y, al iniciar esta serie de reportajes, queremos referirnos al tema de la Demencia.
Rafael Velasco Terán, científico ecuatoriano especialista en Medicina Anti-envejecimiento, relata en su libro “Como vivir cien años” la definición de lo que es la demencia en los ancianos, los síntomas y sus graves repercusiones en la vida de éstos.
Demencia
Es la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales más allá de los atribuibles al envejecimiento normal. Puede afectar las áreas de la memoria, atención, y resolución de problemas, aunque en los estadios ulteriores puede notarse pérdida de orientación espacio-temporal o de identidad. Puede ser reversible o irreversible según el origen etiológico del desorden.
Las personas afectadas pueden mostrar también rasgos psicóticos, depresivos y delirios. Los primeros síntomas consisten en cambios de personalidad o de conducta y a menudo se hace evidente durante cuadros de delirio.
Los pacientes que experimentan cuadros de confusión al ser hospitalizados, tienen mayores probabilidades de padecer demencia. Puede afectar el lenguaje, la comprensión, habilidades motoras, memoria de corto plazo, la capacidad de identificar elementos de uso cotidiano, el tiempo de reacción, rasgos de la personalidad y funciones ejecutivas. Aunque la alteración de la memoria pueda, en una minoría de casos, no ser un síntoma inicialmente dominante, es la alteración típica de la actividad cognitiva en las demencias y su presencia es esencial para considerar su diagnóstico.
El término demencia describe un grupo de síntomas causados por alteraciones de las funciones cerebrales.
Algunos de los síntomas de demencia es el preguntar repetidamente lo mismo, perderse en lugares conocidos.
No poder seguir instrucciones, desorientarse en el tiempo, con las personas y los lugares y descuidar la seguridad, la higiene y la nutrición propia. Las personas con demencia van perdiendo sus facultades mentales a diferentes ritmos unas de otras. A veces, las personas mayores presentan problemas emocionales que se pueden confundir con la demencia. La tristeza, soledad, preocupación o el aburrimiento pueden ser comunes en las personas mayores.
Síntomas considerados de “alarma” o sugerentes de demencia son:
Pérdida reciente de la memoria
A todos nos sucede que se nos olvidan las cosas por un rato y luego nos acordamos de ellas. La gente con demencia con frecuencia se olvida de las cosas pero nunca las recuerda. Le puede hacer la misma pregunta una y otra vez, cada vez olvidando que ya le contestó esa pregunta. Ni siquiera recuerdan que ya le han hecho esa pregunta.
Dificultad para realizar tareas que les son familiares
Las personas con demencia pueden preparar una comida pero se les olvida servirla. Inclusive se les puede olvidar que la prepararon.
Problemas con el lenguaje
Las personas que tienen demencia pueden olvidar palabras simples o usar palabras equivocadas. Esto hace que sea difícil entender qué es lo que quieren.
Desorientación en cuanto a tiempo y espacio
Las personas que tienen demencia pueden perderse en la calle donde viven. Se les puede olvidar cómo llegaron a un lugar y cómo regresar a su casa.
Mal juicio
Cualquiera podría distraerse y olvidarse de cuidar con atención a un niño durante un tiempo corto. Pero las personas que tienen demencia podrían olvidarse del niño del todo y salir de la casa durante todo el día.
Problemas con el pensamiento abstracto
Cualquier persona puede tener dificultad para llevar un balance de su chequera, pero la gente con demencia puede olvidar para qué son los números y qué debe hacerse con ellos.
Poner las cosas fuera de sitio
Las personas con demencia pueden colocar las cosas en los lugares equivocados. Pueden poner una plancha en el congelador o el reloj pulsera dentro de la azucarera. Luego no pueden encontrar estas cosas.
Cambios de temperamento
Todo mundo es temperamental de vez en cuando, pero las personas con demencia pueden tener cambios bruscos de temperamento y pasar de estar calmados a estar llorando o a estar con rabia en cosa de minutos.
Cambios en la personalidad
Las personas que tienen demencia pueden tener cambios drásticos en su personalidad. Pueden ponerse irritables, sospechosos o asustarse.
Pérdida de la iniciativa
Las personas con demencia pueden volverse pasivas. Pueden no querer ir a otros lugares o ver a otras personas.
lunes, 3 de agosto de 2009
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