El proceso del envejecimiento trae consigo una serie de dudas, incertidumbres, expectativas que giran en torno a la persona y al medio social, familiar, cultural y geopolítico que lo rodea. Particularmente, quienes estamos en la franja de los 30 – 45 años de edad, estamos muy lejos de imaginarnos cómo será nuestra existencia al atravesar la barrera que nos lleve irremediablemente a la vejez, tercera edad y a la etapa de lo que conocemos como adultos mayores.
¿Estaremos enfermos? ¿Continuaremos con lucidez mental? ¿Tendremos nuestro espacio en la sociedad siendo activos y productivos? ¿Disfrutaremos del amor y la compañía de nuestros seres queridos, amigos, allegados y familiares? ¿Podremos valernos por nosotros mismos? Estos interrogantes tienen una sola respuesta en una ley natural: “Todo lo que sembramos, cosechamos”.
Por ello bien vale la pena reflexionar sobre nuestros estilos de vida pasados, considerar las circunstancias en las que nos desarrollamos y vivimos (niñez, adolescencia y juventud). Mientras somos jóvenes “nos reímos” de la vida. Tenemos vigor, energía, vitalidad. Algún malestar lo ignoramos (¡grave error) por que inmediatamente pensamos “ya se nos pasará”. Descuidamos realmente nuestra salud. Restamos importancia a los controles médicos, al ejercicio diario, comemos sin control, sin hacer conciencia de la necesidad de nutrirnos adecuadamente, etc.
Todas estas consideraciones pesan al hacer un balance del pasado y presente de nuestra vida. Al final, esta nos pasa factura cobrándonos caro el hecho de haber llevado un estilo de vida no acorde al ideal que todos perseguimos de “vivir muchos años y mantenernos saludables, evitando las enfermedades y la muerte prematura”, como lo señala el Dr. Daniel Quiróz, en su documento sobre las causas de las enfermedades traducido a varios idiomas.
A continuación, reseñamos un tema tomado del libro “Cómo vivir cien años”, del Dr. Rafael Velasco Terán, que guarda relación con nuestro anhelo de envejecer sanos y felices, todo lo cual está determinado por el estilo de vida que usted y yo estemos teniendo en este momento. Este tema también será analizado en el Primer Congreso Internacional de Medicina de Longevidad que se realizará el 12 y 13 de noviembre de 2009 en el Centro de Convenciones Simón Bolívar de Guayaquil. Visítenos en www.longevidadecuador.com, www.angeljuez.blog.galeon.com.
Estilo de Vida y Longevidad - Relación entre estilo de vida y longevidad
Actualmente, el 10% de la población mundial tiene 65 o más años y entre las causas de esta explosión demográfica a escala mundial, se señala el fenómeno de la longevidad, es decir un aumento creciente de las expectativas de vida, que actualmente ascienden a más de 76 años de edad, planteándose como edad potencial de vida máxima de los seres humanos los 120 años.
El incremento de la población longeva, determina un cambio en las necesidades y demandas de este grupo, ante las cuales las respuestas tradicionales resultan insuficientes. Es una prioridad la identificación de aquellos factores que contribuyen a promover niveles de salud y bienestar en las personas de la tercera edad y específicamente en los longevos con vistas a incrementar su calidad de vida.
Sabemos que el envejecimiento es un proceso paulatino, multicausal, donde se destacan los factores hereditarios, medio ambientales y los que se refieren al estilo de vida que desarrolla el individuo. Las expectativas de vida han venido elevándose en las últimas décadas. Este aumento en la longevidad tiene repercusiones para el envejecimiento saludable.
Características de anciano/as con longevidad satisfactoria e insatisfactoria
El objetivo actual no es solo reducir la morbilidad y mortalidad, sino el logro de la autonomía, el validísmo, la salud y la vida útil del individuo en la ancianidad, guiando el accionar hacia intervenciones de promoción de salud y prevención desde etapas precedentes del ciclo vital. Un longevo es un individuo cuya edad iguala o supera la esperanza de vida al nacer: Hombres 74 y mujeres 78.
* Longevidad Satisfactoria
Estado en el cual la longeva conserva una capacidad funcional que le permite realizar las actividades de la vida cotidiana de forma independiente, con algún nivel de participación y vínculo social, y bienestar subjetivo.
*Estado Funcional: Capacidad para realizar las actividades instrumentadas de la vida diaria de forma independiente.
*Bienestar subjetivo: Componente de la Calidad de Vida en el cual se establece una valoración subjetiva global, que expresa la satisfacción con la vida e incluye estados de ánimo positivos.
*Integración social: mantenimiento de vínculos sociales con amistades y vecinos, así como participación activa en grupos sociales. Hay una relación inversa, entre la red social de una persona y las disfunciones físicas y/o psicológicas, cuánto menor es la red social, mayores son las patologías.
-Hay contactos familiares frecuentes
-Trabajo físico
-Mantenimiento de la competencia para vivir en forma independiente
-Es gente que en su juventud y adultez estuvieron pendientes del cuidado de su salud, lo cual evidentemente permite la prevención temprana de enfermedades y el control de las ya existentes con una mejor evolución de las mismas.
* Longevidad Insatisfactoria
-Poco contacto familiar
-No hay trabajo físico
-La viudez afecta el bienestar subjetivo, por su efecto sobre la actividad social
Invitamos a la comunidad médico- científica (especialistas, odontólogos, nutricionistas, enfermeras, psicólogos, terapeutas, fisiatras, laboratoristas, etc.) a inscribirse en www.longevidadecuador.com . Visite también www.rafaelvelascoteran.blogspot.com . Gracias por sus comentarios.
sábado, 22 de agosto de 2009
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